Sarah Belfer, artesana: “El arte de mi madre dio forma a mi sensibilidad”

Piezas que celebran la imperfección, la memoria y la fuerza del trabajo artesanal compartido

Entre lo sólido y lo orgánico: las piezas de Sarah Belfer celebran la dualidad.

Hay materiales con un carácter propio, muy marcado y muy personal. La cerámica, por ejemplo, no perdona los errores: se quiebra, se resiste, impone su propio ritmo. La cuerda, en cambio, cede, se adapta, se enrosca como si supiera algo que tú no sabes. En las piezas de Sarah Belfer, ambos se encuentran en un punto de tensión perfectamente orquestado. Uno no domina al otro, pero tampoco se diluyen: se necesitan.

Y no están solos en esa conversación. Esta colección nace a cuatro manos junto a su madre, la ceramista Nadia Belfer. Entre las dos construyen una alianza intergeneracional que también es un diálogo entre formas, texturas y gestos. ¿El resultado? Una serie de piezas únicas, escultóricas y silenciosas, que respiran con la calma de las montañas.

Una diseñadora entre disciplinas

Sarah Belfer se mueve con soltura entre el diseño, la dirección artística y la artesanía. “Mi recorrido artístico comenzó con estudios de diseño en Arts Décoratifs de París, seguidos por un máster en industrias creativas en Sciences Po. Después fundé mi propia marca, lo que me permitió explorar diferentes disciplinas y poner en valor la artesanía”.

Detalle de jarrón de cerámica con cuerda trenzada en color terracota.

Desde entonces, ha hecho del cruce entre materiales su campo de juego: cuero, cuerda, cerámica… Todos ellos hablan en sus manos un idioma común. “Trabajo principalmente con materiales brutos como el cuero, el gres chamotado y la cuerda, con el objetivo de revelar su fuerza. Me gusta experimentar combinándolos”.

Un taller familiar y una mirada contemporánea

La colaboración con su madre no es una anécdota: es el núcleo del proyecto. “El taller familiar, situado en plena montaña alpina donde crecí, siempre ha sido una gran fuente de inspiración. La cercanía con la naturaleza y la artesanía transmitida por mi madre moldearon mi sensibilidad artística”. Allí aprendió que las ideas no crecen en Pinterest, sino en la paciencia del trabajo manual.

Ahora, desde su estudio en Lyon —“un espacio luminoso y práctico que me permite experimentar, diseñar y ensamblar mis piezas”—, Sarah construye un lenguaje visual en el que cada nudo y cada curva están ahí por una razón. Nada es decorativo. Todo es conversación.

Una colección para mirar despacio

En la colaboración efímera con Kave Gallery, presentaron una serie limitada de piezas únicas, creadas con gres chamotado y cuerda, que celebran esa tensión natural entre lo firme y lo flexible. “Quise diseñar piezas que establecieran un diálogo entre la fuerza y la sensibilidad, mezclando materiales brutos con formas delicadas”.

Jarrón artesanal de cerámica con asas de cuerda en espiral.

La cuerda no está pegada: está integrada. Las piezas se esculpen en cerámica primero, con aberturas pensadas para acoger la cuerda, que aporta volumen, movimiento y una lectura casi vegetal. “La colección explora la dualidad entre la solidez del gres chamotado y la cualidad orgánica de la cuerda, celebrando la armonía entre los materiales brutos y las líneas depuradas”.

Naturaleza, memoria y técnica

Las texturas son una fuente de inspiración constante para Sarah: “Me inspiré en texturas encontradas en la naturaleza: rocas, superficies rugosas y líneas orgánicas que recuerdan al movimiento del agua o las raíces”. Ese imaginario natural se filtra en piezas que parecen brotar del suelo.

¿Y el proceso? Lo artesanal manda: “Cada pieza está hecha a mano en gres chamotado. Luego se esculpen aberturas para integrar la cuerda, creando un diálogo armonioso entre los dos materiales”.

Piezas de cerámica colocadas como decoración en una escalera.

Una colaboración en el momento perfecto

Para Sarah, colaborar con Kave Home ha supuesto algo más que una exposición. Fue la posibilidad de hacer llegar su universo creativo a nuevos públicos. “Colaborar con Kave Home es una oportunidad maravillosa para presentar mi trabajo a una audiencia más amplia”.

El trabajo de Sarah encaja como anillo al dedo con la filosofía de Kave Home, porque creemos que el arte no es algo que cuelga en la pared: es una manera de mirar el mundo. Por eso lanzamos Kave Gallery, nuestra apuesta por el arte en su máxima expresión, con exposiciones efímeras que conectan diseño y sensibilidad contemporánea.

La colección de Sarah y Nadia Belfer, como la de otros artistas, ha estado disponible durante un tiempo limitado, y cada obra es única. No hay moldes ni copias. Solo piezas que cuentan historias con sus propios silencios.