Hay decisiones que te cambian la vida. Como dejar un trabajo estable, con toga y tribunales, para perseguir un trazo invisible que solo uno ve. O como ese primer cuadro que pintas “para ti” y acaba colgado en casa de un amigo. A veces, la felicidad empieza en un acto tan simple como mancharse las manos de pintura sin pedir permiso.
La historia de Sara Chacón no encaja en los esquemas clásicos. Quizá por eso sus obras tampoco lo hacen. Fundadora de Sevensa Estudio, con sede en Sevilla, Sara dejó atrás el Derecho para abrazar el arte con la misma seriedad con la que antes preparaba un caso. Y lo que empezó como una forma de expresión personal ha acabado también en una colaboración con Kave Home, dentro de Kave Gallery, donde el arte se convierte en pieza esencial de los espacios.

“Desde siempre, el arte y la decoración han sido mi verdadera pasión. Sin embargo, decidí estudiar Derecho porque en aquel momento parecía la opción más segura. Aun así, nunca sentí que era mi verdadera vocación”, explica.
La primera pincelada llegó en Inglaterra, mientras vivía allí para darle una vuelta a su vida. Y vaya si se la dio. “Fue allí donde creé mi primer cuadro, y un amigo quiso comprármelo. Ese momento fue clave: entendí que mi arte podía conectar con otras personas”.
A su regreso a España, Sara vivió una doble vida profesional. Hasta que el arte empezó a ocupar todo el espacio. “Poco a poco, mis obras comenzaron a venderse de manera orgánica, impulsadas por el boca a boca. Cuando me di cuenta de que mi verdadera felicidad estaba en el arte, tomé la decisión de dedicarme por completo a ello. Desde entonces, cada obra que creo reafirma que fue la mejor elección de mi vida”.

El arte como motor de vida
Hoy, su trabajo es una mezcla elegante de técnica, emoción y diseño de interiores. Con un lenguaje visual que respira arquitectura contemporánea, sus piezas se sitúan en el cruce entre el arte y la decoración, buscando algo más que llenar una pared: conectar con quien la mira, contar una historia silenciosa que cambia según la luz, la hora o el humor del día.
“Mi proceso creativo gira en torno a la personalización y la conexión con el cliente. No concibo mis obras como piezas aisladas, sino como parte integral del espacio donde serán expuestas”, apunta.

Antes de empezar a pintar, Sara estudia el entorno, analiza colores, luces, proporciones, energía. Y entonces surge la obra. Acrílicos sobre lienzo, técnicas mixtas, materiales que aportan textura y carácter. En sus propias palabras: “cada cuadro es una fusión entre mi visión artística y la esencia de la persona que lo va a disfrutar”.
La colaboración con Kave Gallery
La serie que presentó en Kave Gallery era también una conversación abierta. Trazos geométricos que juegan con lo orgánico. Líneas que se interrumpen para dar paso al color. Títulos que dicen sin explicar demasiado: Intersecciones, Equilibrio Geométrico, Líneas en Movimiento o Sincronía Abstracta.

“El concepto creativo de esta serie se basa en la exploración del equilibrio y la armonía a través de la abstracción. Cada trazo, color y forma está cuidadosamente dispuesto para generar una sensación de dinamismo y serenidad al mismo tiempo”, señala.
Inspirada por el minimalismo, el constructivismo y el interiorismo más sutil, Sara se mueve entre la precisión del diseño y la emoción del gesto. “Me interesa cómo los colores y las formas pueden integrarse en un espacio para complementarlo sin sobrecargarlo”. De ahí que sus obras parezcan haber nacido para estar justo donde están, como si el lugar las hubiese estado esperando.
Cada una de las obras forma parte de una serie de edición limitada, lo que asegura esa combinación entre coherencia visual y autenticidad. Variaciones en matices, en proporciones, en pequeños detalles que hacen que ninguna pieza sea igual a otra.
Para Sara, colaborar con Kave Home ha sido una extensión natural de su filosofía. “Kave Home tiene una identidad visual muy marcada y una sensibilidad estética que encaja perfectamente con mi estilo. Poder aportar mi visión creativa y fusionarla con el universo de la marca es una oportunidad única para seguir explorando nuevas formas de expresión”.

Sara Chacón y el mundo de la decoración
“Me atraen especialmente aquellos productos que combinan diseño contemporáneo con materiales naturales. Creo que la calidez de la madera, las texturas de los tejidos y los tonos neutros que caracterizan a Kave Home tienen una conexión muy especial con mi estilo artístico”, comienza.
Tanto es así que el espacio en el que trabaja importa. Y mucho. “Necesito un entorno que me aporte calma y al mismo tiempo me estimule visualmente”. Esa relación entre entorno y creación es una constante en su discurso. Por eso cada obra tiene algo del espacio que la acoge: lo observa, lo interpreta, lo transforma.
Y al final, lo que Sara consigue —con pinceles, líneas, intuición— es lo mismo que uno busca cuando entra en una casa y siente que todo está en su sitio. Que el arte no está ahí por estar. Si no que tenga un sentido.
Como dijo Bertolt Brecht: «El arte no es un espejo para reflejar la realidad, sino un martillo para darle forma». En el caso de Sara Chacón, ese martillo se parece bastante a un pincel bien afinado.