Hay una necesidad silenciosa que muchas veces no sabemos nombrar, pero que sentimos en el cuerpo: volver a mirar el verde, respirar con más profundidad, dejarnos tocar por la luz. El diseño biofílico parte de esa intuición. Y en este 2025, se afianza como una forma de entender los espacios que habitamos desde el bienestar, la conexión y la belleza.

Más que un estilo decorativo, el diseño biofílico es una filosofía que propone acercar la naturaleza al interior de nuestras casas. No se trata solo de poner plantas, sino de integrar materiales, formas, sonidos y luces que nos conecten con lo vivo. Con lo que somos.

¿Qué significa biofílico?

La palabra “biofilia” proviene del griego y significa literalmente “amor por la vida”. Es ese vínculo innato que sentimos por los entornos naturales y que, según numerosos estudios, tiene efectos directos en nuestro bienestar emocional, físico y mental. En diseño y arquitectura, esto se traduce en espacios que incorporan lo natural no como complemento, sino como parte esencial del lugar.

Luz y materia en equilibrio. La lámpara de mármol Alaro aporta solidez serena sobre la transparencia delicada de la mesa de cristal. Creditos: Kave Home

Principios del diseño biofílico

Aunque puede expresarse de muchas formas, el diseño biofílico se construye desde algunos gestos fundamentales:

1. Conexión visual con la naturaleza

Vistas al exterior, jardines interiores, terrazas integradas, ventanales amplios… Todo lo que permita que la mirada descanse sobre lo natural. Incluso una simple planta en un rincón del salón puede cumplir esta función si está colocada con intención.

2. Uso de materiales honestos y orgánicos

Maderas naturales, piedra, barro, tejidos sin tratar. Son materiales que no esconden su origen y que, por su textura, temperatura y apariencia, aportan calidez, arraigo y una sensación de verdad que difícilmente ofrecen los materiales artificiales

3. Luz natural y ventilación

El diseño biofílico apuesta por maximizar la entrada de luz y aire fresco. Esto no solo mejora la calidad del ambiente: también regula los ritmos biológicos, favorece el descanso y mejora el estado de ánimo.

4. Formas orgánicas y texturas naturales

Las líneas suaves, los patrones inspirados en hojas, ramas o movimientos del agua aportan una sensación de fluidez y armonía. Se alejan de lo rígido y lo geométrico para acercarse a lo espontáneo y vivo.

5. Aromas y sonidos que evocan la naturaleza

El canto de los pájaros, el agua corriendo, la fragancia de una planta aromática. Son estímulos sutiles, pero profundamente reconfortantes, que nos reconectan con lo esencial.

6. Vegetación integrada en el espacio

Las plantas, sin duda, son una de las expresiones más directas del diseño biofílico. Aportan color, frescura, movimiento… pero sobre todo, vida. Un solo ficus puede transformar un rincón. Un conjunto de suculentas puede darle latido a una estantería. Como vimos en nuestro artículo anterior, elegirlas con intención es clave.

Beneficios más allá de lo estético

El diseño biofílico no busca únicamente embellecer. Su objetivo es crear espacios que nutran a quienes los habitan. Entre sus beneficios más destacados están:

  • Reducción del estrés y la ansiedad: la presencia de elementos naturales ayuda a regular la respuesta emocional y a recuperar la calma.
  • Mejor calidad del sueño: la exposición a la luz natural durante el día mejora los ritmos circadianos y favorece un descanso más profundo.
  • Mayor concentración y bienestar emocional: los espacios biofílicos han demostrado mejorar la productividad, la atención y el estado de ánimo, tanto en casa como en entornos de trabajo.
  • Convivencia y conexión social: un entorno natural, bien diseñado, fomenta la relación entre las personas. Es más amable, más acogedor. Invita al encuentro.
  • Sostenibilidad desde lo cotidiano: muchos de los principios biofílicos están alineados con prácticas sostenibles: materiales locales, eficiencia energética, consumo consciente.
Una casa que respira. La luz natural, las texturas orgánicas y la presencia discreta de las plantas transforman este salón en un refugio en calma, donde cada elemento acompaña. Creditos: Kave Home

¿Cómo incorporar el diseño biofílico en casa?

No hace falta hacer reformas. Se puede empezar con pequeños gestos que suman:

  • Colocar plantas en puntos estratégicos del salón, como ya hemos visto.
  • Cambiar algunos materiales por versiones naturales (una mesa de madera sin tratar, una alfombra de yute).
  • Reorganizar el mobiliario para permitir la entrada de más luz natural.
  • Incluir texturas orgánicas en los textiles y los objetos decorativos.
  • Crear un rincón de calma cerca de una ventana.
  • Incorporar sonidos suaves, como una fuente de agua pequeña o música ambiental inspirada en la naturaleza.

Un modo de habitar más humano

El diseño biofílico no es una moda pasajera. Es una forma de recordar que los hogares pueden —y deben— ser lugares que nos cuiden. Que nos abracen con su luz, su silencio, su textura. Que nos devuelvan algo del equilibrio que a veces perdemos en lo cotidiano.

Este 2025, más que seguir una tendencia, quizás se trate de volver a algo que ya sabíamos: que la belleza, cuando es viva y sincera, tiene la capacidad de sanar.

Mireia Noguer es una redactora especializada en decoración, interiorismo, viajes, gastronomía y todo lo que tiene que ver con contar al mundo aquello que descubre día a día. La conocen como willy fog, no para quieta ni un segundo y una de sus pasiones escondidas...

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