Las rutinas infalibles de los profesionales de la limpieza para mantener un hogar limpio (sin esfuerzo)

No necesitas grandes esfuerzos para ver resultados

Descubre las rutinas sencillas que marcan la diferencia.

¿Quién mejor que los profesionales de la limpieza para conocer los secretos de un hogar siempre reluciente? Ellos son los verdaderos expertos en descubrir los trucos y métodos infalibles para mantener el espacio impecable sin complicaciones. Aunque las limpiezas profundas son necesarias de vez en cuando, existen hábitos sencillos que, si los incorporas a tu rutina diaria, te ayudarán a mantener tu hogar limpio sin esfuerzo adicional.

No es necesario implementar todos los consejos de inmediato, pero verás cómo con solo algunos de ellos notarás la diferencia. Aquí te dejamos algunos de los hábitos y trucos más eficaces de los profesionales de la limpieza para que tu hogar se mantenga siempre ordenado y en calma.

1. Quitar el polvo de superficies

En una primera instancia puede parecer que sacar el polvo es una tarea que requiere de bastante tiempo, pero nada más lejos de la realidad. Es tan sencillo como dedicar unos minutos para pasar un trapo de algodón por las superficies que más polvo pueden atraer, como los muebles o los electrodomésticos. Tal vez no hace falta hacerlo diariamente en todas las estancias de la casa, pero verás que al ir alternando a lo largo de la semana, se creará un ambiente más limpio y agradable en todo el hogar.

2. Aspirar las zonas de paso 

Debido a su uso frecuente y a su exposición al polvo, el suelo es una de las partes de la casa que más suciedad puede acumular. Por eso es importante aspirar, aunque sea de modo general, y eliminar cualquier tipo de residuo y pelusas que se hayan podido amontonar. Sin olvidar que las alfombras y los felpudos son un gran foco de acumulación de suciedad, y que también tienen que aspirarse con regularidad.

3. Lavar los platos y limpiar el fregadero tras cada uso

Antes de entrar en el modo de relajación que tanto apetece después de las comidas, asegúrate de lavar los platos que dejas en el fregadero. La acumulación de los restos de comida pueden dificultar más el lavado si se deja pasar el tiempo, dando pie a que la suciedad atraiga bichos o cree malos olores.

Por otro lado, no hay que olvidar también enjuagar el fregadero con la ayuda de una esponja o estropajo. Es habitual que se queden restos de comida o alimentos en la superficie después lavar los platos, y también es importante eliminarlos para no acumular más suciedad en aquella zona.

4. Limpiar la encimera de la cocina

Mantener la encimera de la cocina limpia y ordenada es imprescindible.

Cortar y pelar los alimentos para preparar tu plato favorito o dejar encima las bolsas de la compra. La encimera de la cocina sirve de apoyo para incontables objetos que, habitualmente, pueden ensuciarla aunque no nos demos ni cuenta. Es por eso que, al igual que con el fregadero, es imprescindible limpiarla diariamente, para eliminar todas aquellas bacterias que atraemos con facilidad. Para ello, hay que pasar una bayeta húmeda por lo menos una vez al día, y sobre todo después del uso de alimentos, para evitar que se queden restos que pueden atraer a bichos.

5. Sacar la basura a diario

Para no crear malos olores o mucha acumulación de residuos, uno de los consejos imprescindibles de los profesionales de limpieza es sacar la basura cada día. El mejor momento es por la mañana, antes de salir de casa puedes revisar todos aquellos alimentos que ya no se usarán y los envases vacíos para depositarlos en el cubo y llevarse las bolsas al salir de casa. De esta forma evitarás que se vayan acumulando a lo largo del día.

6. Repasar la mampara de la ducha después de cada uso

Es fundamental pasar la escobilla de goma por la mampara y paredes de la ducha.

Es muy habitual que al salpicar agua o jabón sobre la mampara de la ducha, esta se acabe ensuciando después de cada uso. Para evitar que se queden las marcas, ya que cuanto más tiempo estén más difíciles serán de limpiar, es imprescindible pasar la escobilla de goma después de cada uso para eliminar cualquier mancha de cal o el rastro de las gotas. De esta forma, no solo se mantiene limpia, sino que también se evita la creación y proliferación de moho, que surge con más facilidad con la concentración de humedad.