Las casas tienen esa capacidad de guardar recuerdos, de reinventarse sin perder su esencia. Y esta vivienda en Namur, Bélgica, con vistas al río Mosa, es el ejemplo perfecto de cómo un espacio con historia puede transformarse en un hogar acogedor y funcional. Construida en 1947, sus altos techos y generosos ventanales se han convertido en los aliados perfectos de una renovación inteligente que ha sabido combinar la elegancia original con un aire renovado y lleno de vida.
Detrás de esta transformación está la interiorista belga Marie Degaute, fundadora de Maries Home SRL, quien ha aplicado su filosofía de diseño “All in One” para crear un ambiente que respeta la esencia de la casa mientras responde a las necesidades y personalidad de sus propietarios. Con más de 25 años de experiencia, su enfoque se basa en lograr espacios armoniosos que reflejen el estilo de vida de quienes los habitan, sin perder de vista el confort y la practicidad.

Un respeto absoluto por la arquitectura original
“Desde el principio, la casa ofrecía un gran potencial con sus techos altos y sus puertas y ventanales redondeados. Hemos mejorado esta espléndida residencia proporcionándole acabados contemporáneos preservando su carácter original”, explica Degaute.
Y es precisamente este respeto por la estructura original lo que hace que la casa mantenga su carácter inconfundible. Los suelos originales se han restaurado cuidadosamente, mientras que los detalles arquitectónicos como las molduras y las puertas con curvas suaves siguen marcando la identidad del espacio. Sin embargo, la intervención no se ha limitado a una mera conservación; cada elección de mobiliario y decoración ha sido seleccionada con precisión para aportar una nueva dimensión. Y ahí es donde entra en juego el amplio catálogo de Kave Home.

En este sentido, piezas como la silla Doriane de Kave Home, fabricada en madera maciza de roble con asiento de tela, complementan a la perfección la estética Art Déco, aportando una sutil calidez a la zona del comedor. Del mismo modo, la paleta cromática se ha mantenido en tonos neutros, con toques de colores profundos que resaltan la belleza de los elementos arquitectónicos sin competir con ellos.

Acentos de color que establecen un diálogo
El objetivo principal de la reforma ha sido crear un entorno que refleje la personalidad de sus habitantes, una joven pareja, sin renunciar al confort. Marie Degaute ha sabido utilizar el color, el espacio y los accesorios para diseñar zonas de descanso y convivencia en perfecta armonía con el entorno de la casa.

El dormitorio principal es un claro ejemplo de ello: la combinación de la mesita de noche Mailen, en chapa de fresno oscuro, junto con el aparador a juego, aporta un aire elegante y sereno. La madera oscura contrasta con las paredes en tonos suaves y la moqueta, creando un espacio que invita al descanso. Nada mejor para un dormitorio.

En el salón, la disposición de los muebles fomenta la fluidez y la interacción. Aquí, las mesitas auxiliares Mesquida, en acabado terracota y mostaza, aportan un toque de color sutil pero efectista, generando puntos de interés visual sin romper la armonía general del espacio.

Diseño con personalidad y equilibrio
La intervención de Degaute se ha basado en un enfoque integral que tiene en cuenta no solo la estética, sino también la personalidad y el estilo de vida de los propietarios. Su mirada experta ha logrado crear un ambiente acogedor e inspirador, donde cada rincón refleja una mezcla equilibrada entre pasado y presente.

El resultado final es una casa que, sin perder su esencia Art Déco, se siente contemporánea y perfectamente habitable. Un hogar donde la historia se respeta, pero no se impone; donde el diseño está al servicio de quienes la habitan y no al revés. Y es que, como bien dice la interiorista, la clave del éxito está en lograr que los espacios hablen de quienes los viven. Con la combinación adecuada de sensibilidad, buen gusto y un toque de humor, es posible actualizar el pasado sin renunciar a él.