En Japón, la estética no es solo cuestión de belleza: es un modo de vida que se refleja en la forma de habitar los espacios. Entre las siete reglas del wabi-sabi —esa visión que celebra la imperfección y la naturalidad— se encuentra el kanso, una filosofía que, al igual que el feng shui chino, busca el equilibrio y la armonía en el hogar.
Más que un estilo decorativo, el kanso es una manera de mirar: invita a despojarse de lo superfluo, a elegir lo esencial y a construir ambientes donde la calma fluya de manera natural.
Kanso y feng shui: dos caminos hacia la armonía
Aunque el feng shui y el kanso tienen raíces culturales distintas, ambos comparten una visión común: el hogar como espacio de equilibrio. El feng shui trabaja la disposición de muebles y elementos según las energías vitales, mientras que el kanso se centra en la sencillez y en eliminar el exceso.
En ambos casos, la intención es la misma: crear una atmósfera que favorezca el bienestar, la serenidad y el orden interior.
5 principios del kanso en decoración
Similar a la decoración japonesa, kanso puede resumirse en una idea: menos es más, pero con sentido. Estos son algunos de sus principios clave:
- Sencillez visual: elige líneas limpias, muebles de formas básicas y colores neutros que transmitan calma.
- Orden consciente: un espacio despejado no significa vacío, sino libre de lo innecesario. Cada objeto debe tener un propósito.
- Naturalidad: materiales como la madera, la piedra, el lino o el algodón aportan autenticidad y conexión con la naturaleza.
- Imperfección armónica: no se trata de la perfección absoluta, sino de aceptar lo irregular y lo cotidiano como parte de la belleza.
- Espacio para respirar: dejar huecos vacíos es esencial; el aire y la luz también forman parte de la decoración.
Cómo aplicar kanso en cada estancia
- Salón: opta por un sofá de líneas simples, una mesa baja de madera y pocos elementos decorativos, pero significativos. La clave está en que cada pieza aporte calidez sin saturar el espacio.
- Dormitorio: convierte la habitación en un refugio con textiles suaves, lámparas cálidas y colores neutros. Evita el exceso de muebles y prioriza lo esencial: descanso y serenidad.
- Cocina: despeja encimeras, guarda solo lo necesario y elige utensilios de calidad que duren en el tiempo. La cocina kanso es práctica y armoniosa.
- Baño: materiales naturales, luz suave y orden. Un pequeño detalle —una planta, un cuenco de madera— basta para aportar calidez sin romper la sencillez.
Los beneficios de vivir con kanso
Adoptar esta filosofía no es solo una cuestión estética, también es emocional:
- Reduce el estrés visual y mental.
- Facilita la limpieza y el orden.
- Fomenta la conexión con lo natural.
- Aporta atemporalidad: lo sencillo no pasa de moda.
En definitiva, el kanso convierte la casa en un refugio donde la calma y la autenticidad son protagonistas.
Kanso en la vida cotidiana
Más allá de la decoración, el kanso es también una actitud. Significa aprender a valorar lo esencial, desprenderse de lo innecesario y dar espacio a lo que realmente importa. Encender una vela, abrir las ventanas para dejar entrar la luz o elegir un objeto que tenga un valor personal son gestos kanso que transforman lo cotidiano en ritual.
En un mundo donde el ruido y la prisa marcan el ritmo, el kanso nos invita a volver a lo esencial. Igual que el feng shui, nos recuerda que la forma en que organizamos la casa refleja cómo habitamos la vida. Una invitación a elegir lo simple, lo natural y lo sereno como camino hacia un hogar más humano y equilibrado.