Estilo parisino: los secretos de la decoración más romántica y elegante

Guía para lograr la decoración más chic y atemporal

Cómo decorar tu casa con estilo parisino: elegancia, encanto y personalidad.

París es la ciudad de las luces, del amor y de la belleza. Su esencia se desliza por cada rincón, envolviendo sus calles con un aire de romance, historia y sofisticación. Y así como su arquitectura cuenta historias de siglos pasados, su estilo en el interiorismo es un reflejo de esa misma elegancia atemporal: refinado, romántico y encantador.

Así, el estilo parisino es un arte en sí mismo, una danza entre lo clásico y lo contemporáneo, donde los objetos tienen alma y cada espacio respira belleza. Molduras centenarias, espejos dorados que reflejan la luz, suelos de madera de espiga que dan calidez… Cada detalle es una invitación a la elegancia y al lujo silencioso.

Por eso, no se trata solo de decorar, sino de componer un espacio con alma, de reunir piezas con historia y personalidad, y de crear espacios que evoquen la «elegancia sin esfuerzo» -una estética que no busca la perfección, sino la autenticidad- de un apartamento en Le Marais o la grandeza discreta de un hôtel en Saint-Germain. Si sueñas con llevar ese «je ne sais quoi» parisino a tu hogar, te revelamos los secretos de estilista para recrearlo en tu hogar.

El diseño de interiores parisino es un equilibrio entre refinamiento y espontaneidad, donde la opulencia nunca es ostentosa y la sencillez jamás es simple. No es un estilo que se imponga, sino que se construye con piezas escogidas de forma natural. A continuación, te desvelamos sus principales características para que puedas imitar ese encanto atemporal y sofisticado que define a París.

1. Una paleta de colores cálida y acogedora

Una paleta cromática digna de un auténtico apartamento parisino es una combinación de tonos neutros y cálidos, como el blanco suave, el beige cremoso o un delicado rubor tenue. Estas tonalidades envuelven el espacio con calidez y sofisticación, creando el escenario ideal para largas veladas entre copas de vino.

Además, estos colores aportan luminosidad y funcionan como un lienzo en blanco sobre el que resaltar piezas vintage, materiales nobles y detalles sofisticados. Así, cada rincón se convierte en un refugio, donde el encanto parisino se siente en cada matiz.

Salón de estilo parisino con sofá blanco, techos decorativos y cuadro moderno.

2. El alma del encanto parisino: las piezas vintage

El estilo parisino es un estilo nostálgico. Para él, los objetos cuentan historias, los muebles susurran memorias y cada esquina esconde recuerdos. Aquí, el vintage no es solo una elección decorativa, es una declaración de carácter.

Por eso, déjate seducir por piezas con alma: una mesa de madera marcada por los años, un espejo dorado que refleja el resplandor de otras épocas, una butaca tapizada en lino desgastado que invita al descanso…

Pero París no vive solo del ayer. Un cuadro de arte moderno, una lámpara de diseño contemporáneo o una butaca actual evitarán que tu casa «nostálgica» se convierta en un museo.

3. Suelos y paredes con historia: la base del estilo parisino

En los interiores parisinos, pavimentos y revestimientos son mucho más que un fondo: son el alma de la casa. No necesitas un suelo de espiga centenario para lograr esa esencia (aunque, si lo tienes, ¿verdad qué es todo un sueño?). Basta con resaltar la belleza natural de la madera: líjala para suavizar su tono y deja que sus vetas respiren, creando un efecto aireado y luminoso que contrasta a la perfección con las piezas vintage.

Las paredes, en cambio, rinden homenaje a la arquitectura clásica con molduras ornamentadas, techos de escayola esculpidos y chimeneas de mármol o madera tallada, transformando el hogar en una obra de arte en sí misma.

4. No pueden faltar espejos ni piezas de arte

En una casa parisina, los espejos son imprescindibles. No es necesario optar por uno del tamaño del Salón de los Espejos de Versalles, pero cuanto más grande y adornado, mejor, especialmente si es dorado. Colócalos sobre la repisa de la chimenea, en el recibidor… y verás cómo transforman el ambiente con su brillo sofisticado.

El arte, por su parte, también tiene mucha presencia: óleos, esculturas de mármol o porcelana, murales y tapices grandes se mezclan con cuadros abstractos contemporáneos. También son típicos los mosaicos fotográficos en blanco y negro o lienzos contemporáneos con retratos que rinden homenaje a los grandes fotógrafos clásicos franceses.

5. Muebles con carácter

Para conseguir una fusión de muebles antiguos y modernos, típica en el estilo parisino, elige piezas que complementen el ambiente vintage, como un sofá curvado en terciopelo o una mesa de nogal con patas torneadas. Los muebles de época se encargarán de dotar a la decoración de ese toque de lujo silencioso.

Asimismo, los muebles dan forma al espacio en los interiores parisinos. Agrúpalos para definir zonas, dejando suficiente espacio para mantener una sensación de amplitud. Las imperfecciones, como tapicerías gastadas y tapices envejecidos, son lo que aportan encanto y se fusionan con lo moderno.

Salón con esencia parisina con chimenea, suelos de madera y cuadro XXL.

6. Textiles, cortinas y alfombras opulentas

El lujo parisino se refleja en los tejidos suntuosos: terciopelos, linos belgas, brocados y seda deben adornar sofás, cojines y mantas. Retapiza muebles modernos con telas de seda vintage o terciopelo de mohair para lograr ese aire de antaño tan característico. Un sillón de terciopelo, unas fundas de almohada de seda o una repisa de mármol elevarían el nivel de cualquier espacio.

Asimismo, unas alfombras, con estampados y tonos cálidos, abrigarán y darán cohesión, mientras que unas cortinas de tafetán de seda, damasco desgastado o brocado dan personalidad con su generoso volumen, cayendo hasta el suelo en «ríos» de lujo.

7. Iluminación extravagante

Lámparas de araña, candelabros y apliques de pared que realzan los techos decorativos y las molduras… Sin duda, el glamour parisino brilla a través de su iluminación. Estos detalles, con bases de madera, cristal o metal tallado, consiguen que cualquier estancia se vea el doble de sofisticada y cálida.

8. Flores, flores y más flores

Una de las formas más sencillas de adoptar esa esencia parisina en tu hogar es a través de flores frescas. Las más románticas, como las rosas o peonías, son un pequeño gesto decorativo capaz de transformar cualquier rincón, imbuyendo a las estancias esa elegancia natural que caracteriza a París.