Cómo decorar la cama con cojines, mantas y plaids: 6 ideas para un dormitorio de revista

Te contamos cómo combinarlos para conseguir un espacio armónico, acogedor y lleno de estilo

Ideas fáciles, inspiradoras y adaptables a cualquier espacio.

En decoración, son los pequeños detalles los que convierten un espacio corriente en un lugar con alma. Entre ellos, pocos tienen tanto poder como los cojines, plaids y mantas. No son simples complementos: son piezas capaces de transformar la atmósfera de un dormitorio con un gesto sutil. Aportan calidez, introducen color, suman textura y, según cómo se dispongan, pueden integrarse con el resto de la decoración o convertirse en protagonistas absolutos.

Vestir la cama es un arte, y no existe una única fórmula. Cada tejido, cada combinación de tonos y cada disposición cuenta una historia distinta. Nuestro equipo de estilistas te guía para descubrir cómo jugar con formas, capas y texturas para crear una cama que no solo luzca impecable, sino que también invite al descanso.

¿Por dónde empezar al decorar la cama?

Más allá de su valor estético, los textiles tienen un papel esencial. Aportan confort, ayudan al aislamiento y transmiten sensaciones. Los cojines son especialmente versátiles: pueden ser el detalle que rompa la monotonía de una decoración neutra, el recurso más sencillo para renovar una estancia o la clave que define el estilo de un dormitorio. Además, son aliados que se adaptan al ritmo de las estaciones:

  • En verano: tejidos naturales como lino o algodón, con colores frescos y luminosos.
  • En invierno: materiales gruesos y mullidos como lana o terciopelo, en tonos intensos y envolventes.

El color debe dialogar con el resto de la decoración. Puede armonizar con los accesorios y muebles, o crear un contraste atrevido y sofisticado. Y la proporción es fundamental: una cama estrecha pide cojines más ligeros, mientras que una cama amplia admite grandes almohadones que refuercen su presencia.

Ideas de revista para decorar la cama con cojines, mantas y plaids

1. Combina cojines lisos y estampados

Cojines en tonos cálidos y estampados que rompen la neutralidad del blanco con estilo.

La mezcla de estampados y colores aporta dinamismo. Juega con cojines lisos y otros con rayas, cuadros o motivos geométricos, siempre equilibrando con tonos neutros para no sobrecargar. Alterna formas cuadradas y rectangulares para dar movimiento y crea un equilibrio visual que funcione con el resto de la habitación.

2. Elige cojines dentro de una misma paleta cromática

Cama con cojines verdes y manta a juego: un ejemplo de armonía cromática en el dormitorio.

Optar por una paleta de colores coherente —neutros, pasteles o tonos suaves— transmite serenidad y estilo. Puedes variar tamaños y texturas para dar volumen sin perder cohesión. Esta fórmula aporta calidez y un aire sofisticado, ideal para quienes buscan un dormitorio relajante y armónico.

3. Mantén proporción con el cabecero

El cabecero de la cama marca el estilo y la altura visual de la cama, y los cojines deben dialogar con él.

  • Para cabeceros altos y elegantes: apuesta por composiciones simétricas con cojines grandes detrás y pequeños delante.
  • Para cabeceros bajos o minimalistas: menos cojines, bien proporcionados, para no recargar el conjunto.

4. Añade volumen y calidez con capas

Cama en tonos neutros y mostaza, un refugio acogedor bañado por la luz natural.

Las capas son clave para lograr un efecto acogedor. Combina cojines mullidos con plaids y mantas de lana gruesa o borreguito. Coloca almohadones grandes detrás, cojines medianos al frente y, al pie de la cama, una manta extendida con un toque desenfadado. El resultado: un dormitorio cálido y natural que invita al descanso.

5. Coordina con el resto del dormitorio

Los cojines y plaids no deben entenderse de forma aislada. Coordínalos con cortinas, alfombras o incluso con el color del cabecero. Esta coherencia refuerza la sensación de unidad y transforma la cama en el centro visual de la estancia.

6. Menos es más: apuesta por la sencillez

La clave está en mezclar texturas y tamaños para lograr una cama envolvente y natural.

Si prefieres un look minimalista, basta con dos o tres cojines bien elegidos. En este caso, lo importante es la calidad de los materiales y la armonía de la paleta. Un par de cojines en lino natural y un plaid en tono neutro pueden ser suficientes para vestir la cama con estilo.

Vestir la cama con cojines, mantas y plaids no es solo un gesto decorativo, es una manera de crear un refugio personal, de aportar calidez a la rutina y de transformar el dormitorio en un espacio donde descansar se convierta en placer. Al final, se trata de encontrar el equilibrio entre estética y confort, para que cada noche la cama invite no solo a dormir, sino a disfrutar del arte de habitar.