El estilo étnico en la decoración es una invitación a viajar sin moverte de casa. A través de materiales naturales, tonos tierra y piezas artesanales de distintas culturas, este estilo transforma los espacios en un reflejo del mundo.
Su auge comenzó en los años 60 y 70, cuando el espíritu libre de la época hippie abrazó la fusión de influencias culturales, trayendo consigo textiles africanos, cerámicas árabes y tallas de madera asiáticas. Desde entonces, esta tendencia ha evolucionado, pero sigue siendo una de las formas más auténticas de dar personalidad y calidez a un hogar.
Muebles tallados a mano, tejidos con estampados tribales, lámparas de mimbre, alfombras y máscaras africanas son solo algunos de los elementos decorativos que definen este estilo. La clave está en conseguir la mezcla perfecta entre decoración moderna y de inspiración exótica.
En un momento donde valoramos lo artesanal y sostenible, el estilo étnico se vuelve más relevante que nunca. Hablemos de cómo incorporarlo con elegancia y sofisticación en casa.
1. Una paleta de tonos tierra y neutros

Los colores tierra son la esencia del estilo étnico. Tonos como ocres, marrones, rojos y verdes oliva evocan paisajes naturales y tradiciones ancestrales. Inspirados en la tierra, las especias y el sol, estos tonos aportan calidez y un aire acogedor a los hogares.
Además, en el estilo étnico también están presentes tonos más alegres como el azafrán, el turquesa o el amarillo, que reflejan la riqueza y energía de las culturas exóticas. Estos colores se equilibran con neutros como el beige, el terracota o el gris grafito, logrando un ambiente armonioso y envolvente.
2. El poder de lo natural
Los materiales naturales son la base del estilo étnico, al dar textura y calidez a los espacios. Fibras como el bambú, el ratán o el mimbre son indispensables en muebles y accesorios. Además, la madera en su versión más pura es otro elemento imprescindible. Trabajada de forma artesanal, con acabados imperfectos y un aire envejecido, sigue la tendencia raw, que resalta la belleza de lo natural y lo hecho a mano.
3. Mezcla de estilos y texturas
En hogares modernos y elegantes, el estilo étnico recibe inspiración de la diversidad cultural, fusionando arte, escultura y textiles de diferentes rincones del mundo mediante telas, esculturas y obras de arte únicas.
En este sentido, una forma común de incorporar este estilo es a través de tapices, enmarcados o directamente en la pared. Los patrones geométricos de culturas africanas, las formas aztecas o el kilim turco son perfectos para revestir tu casa de un aire auténtico y lleno de historia.
4. Cestos, esculturas y la belleza de lo artesanal

En el estilo étnico, los cestos son elementos esenciales que reflejan la artesanía de diversas culturas. Hechos de cuerda, ratán o mimbre, estos accesorios naturales suelen ser de tonos crudos o negros, incluyendo a veces diseños geométricos. Además, la cestería no se limita solo a cestos; también se extiende a lámparas, platos decorativos y otros accesorios que añaden textura y calidez a cualquier espacio.
Asimismo, las esculturas, platos artesanales y máscaras tradicionales son piezas clave que enriquecen la decoración étnica, ideales para dar vida a las paredes o como puntos focales en cualquier estancia.
5. Textiles: calidez y estilo en cada rincón
Los textiles son indispensables para abrigar y sumar comodidad a cualquier hogar. Por ejemplo, con cojines de lana, piel y flecos, colocados de manera alterna sobre sofás, sillones o camas, infunden un aire acogedor y ligeramente oriental.
Además, otros elementos como mantas de lana, alfombras de piel o puffs de cuero refuerzan el carácter acogedor de este estilo. Las telas cuadradas con motivos étnicos, ya sea como cabeceros sobre la cama o como una pieza decorativa, ayudan a revestir los espacios con colores y patrones únicos, transformando cualquier pared en una obra de arte.
6. La importancia de los espacios exteriores
En el estilo étnico, los espacios exteriores toman gran relevancia, ya que se busca integrar la naturaleza en todo el hogar. El uso de materiales sin pulir, como la madera noble, tiene el poder de transformar y elevar el nivel de patios y terrazas en lugares acogedores y llenos de carácter, donde la belleza de lo hecho a mano y lo orgánico se combina para formar un hogar agradable, fresco y en conexión con la naturaleza.