De frío y apagado a refugio cálido: la sorprendente transformación de un piso en Barcelona (en solo 3 semanas)

Así fue la transformación exprés que mezcló estilo nórdico y esencia mediterránea en pleno Eixample

En solo tres semanas, el estudio Somos Nido logró dar la vuelta a un piso del Eixample barcelonés.

Hay personas que con tres ingredientes y media hora te montan una cena para recordar. Y hay estudios de interiorismo que con tres semanas y una buena dosis de confianza y carta blanca te convierten un piso excesivamente clásico en un espacio donde apetece quedarse a vivir. En el caso de esta transformación en la que se dieron los siguientes ingredientes: un piso en la Dreta de l’Eixample, unos propietarios con gusto nórdico, un poco de sal mediterránea y el toque inconfundible de Somos Nido.

El resultado no es un piso con olor a Pinterest ni un showroom disfrazado de casa. Es algo más real, más cálido, más humano. «Queríamos que cada rincón se sintiera cercano, como un hogar. Y creemos que lo hemos conseguido«, cuentan desde el estudio. Y sí, lo consiguieron con un ritmo de producción más propio de una cocina de menú del día que de una reforma tradicional. En tres semanas —cronómetro en mano— le dieron la vuelta al espacio con mucho criterio, sin caer en obviedades y con una selección de mobiliario de Kave Home que transforma sin saturar.

Proyecto de Somos Nido en Barcelona

Nórdico sí, pero con un pie en el Born

Mall 308, nombre del proyecto, partía de una base noble, pero algo fría. Techos altos, baldosas hidráulicas y mucha luz, sí. Pero también paredes blancas que no decían mucho, y una estética que olía más a catálogo sueco que a piso barcelonés con alma. Aquí entraron Somos Nido con su especialidad: traducir la personalidad de los habitantes en forma de interiores vividos. O, como ellas dicen, “crear espacios con alma, sentimiento, un lugar en el que poder crecer y compartir”.

Los propietarios sabían lo que les gustaba, pero no cómo aterrizarlo. Por eso delegaron con confianza: “Nos dieron total libertad. Lo único claro era mantener esa estética nórdica que tanto les gusta, pero trayéndola a Barcelona, dándole calidez y coherencia con el entorno”. Así que lo que podría haber sido otro piso neutro con líneas limpias y madera clara, se convirtió en un hogar con historia. O al menos con la pinta de tenerla.

Proyecto de Somos Nido en Barcelona.

Así que el equipo de interiorismo se puso manos a la obra. Su misión: encontrar el punto justo entre la sobriedad nórdica y la calidez mediterránea, sin caer en lo obvio. Lo primero fue definir materiales que cambiaran la percepción del espacio sin tocar su estructura. “Seleccionamos muebles y piezas clave que transformaron la sensación del espacio: madera maciza, fibras naturales y texturas que aportaron ese aire acogedor que buscaban”.

Todo ello con un aliado muy claro: Kave Home. “Trabajamos en un 70% del proyecto con piezas de la marca, que nos gustan tanto por diseño como por sostenibilidad, algo que estamos enfocando cada vez más en el despacho”.

Proyecto de Somos Nido en Barcelona

La idea no era rellenar metros cuadrados con objetos bonitos, sino crear un ambiente coherente con lo que Somos Nido defiende: espacios vivibles, reales. “El resultado fue un equilibrio perfecto entre su ‘minimalismo’ y nuestra calidez, para acabar un poco con ese concepto que consideramos que deshumaniza los espacios. Los hace más automáticos y demasiado perfectos. Poco reales para nuestro día a día.”

Hogar exprés, con rayos de sol incluidos

Cuando entraron, la obra ya estaba hecha. “El piso tenía una pinta tremenda, solo le faltaba ese poquito de sal para que pudieras sentirte como en casa.” Así que sal pusieron, y también un sofá modular Blok de tres plazas en pana verde, que se lleva todas las miradas, y las lámparas Mijal (de mesa, cerámica blanca) y Madali (de pie, latón y mármol), que aportan la luz artificial exacta cuando cae la noche.

Proyecto de Somos Nido en Barcelona

Pero lo realmente especial llega con el día. “La manera en que entra la luz por los ventanales del salón y llega hasta la cocina es una gozada. —Mientras sacábamos las fotos, íbamos montando el espacio con un café de la mano y… qué placer!— ¿os imagináis un desayuno de domingo, en casa, silencio, y esos rayos de sol…? pues un gusto.”

En el comedor, la mesa Nealy de roble natural se acompaña de tres sillas Cudia desenfundables, también de roble, y tres estanterías modulares Sitra a juego que organizan sin ensuciar la mirada. En la cocina y el office, tazas Serni y Sanet completan el retrato de lo cotidiano bien pensado. Y en el dormitorio, la cama Martina de borreguito crudo pone el broche cómodo a un proyecto que no necesita estridencias para sentirse completo.

Mall 308 no es una intervención revolucionaria, pero sí un ejemplo claro de cómo un piso puede pasar de estar “bien” a sentirse tuyo. El equipo nunca baja el listón emocional. Y eso, en tres semanas y sin perder el norte (ni el sur), tiene bastante mérito.