Geranios en invierno: 6 trucos para protegerlos del frío y mantenerlos vivos hasta la primavera

Cómo regarlo, podarlo y resguardarlo de las heladas para que florezca con fuerza

Guía rápida: cuidados del geranio en invierno.

El geranio es una de esas plantas que nos acompañan casi sin pedir nada a cambio. Está en balcones, patios y ventanas, llenando de color los días largos de primavera y el verano entero. Pero cuando llega el invierno, necesita un gesto extra de atención para seguir fuerte y preparado para brotar de nuevo. No hace falta ser experto: con unos cuidados sencillos y constantes, es posible que tus geranios atraviesen el frío sin perder vitalidad.

1. Luz, incluso en los días cortos

Durante el invierno, los geranios agradecen recibir tanta luz natural como sea posible. Si vives en una zona con temperaturas muy bajas, lo ideal es trasladarlos al interior o a una galería cerrada, siempre cerca de una ventana. La luz suave de invierno mantiene su ritmo de crecimiento sin forzarlos.

Si decides dejarlos fuera, busca un rincón protegido del viento y de las heladas nocturnas. Un pequeño porche, un balcón cubierto o junto a una pared que guarde el calor del sol pueden ser suficientes.

2. ¿Cada cuánto se riega el geranio en invierno?

Esta planta entra en un periodo de reposo durante el invierno. No necesita tantos riegos como en verano ni agradece el exceso de humedad. La clave es dejar que la tierra se seque casi por completo entre riego y riego.

Riega solo cuando notes el sustrato seco al tacto. Mejor por la mañana, para que la planta tenga tiempo de absorber el agua antes de que bajen las temperaturas por la noche. Evita siempre mojar las hojas: en esta estación, la humedad puede favorecer la aparición de hongos.

En esta estación, los geranios necesitan muy poca agua. Su ciclo se ralentiza y un riego excesivo puede dañarlos. Lo ideal es regar solo cuando la tierra esté completamente seca, aproximadamente cada 10–15 días, dependiendo del clima. Siempre es preferible quedarse corto que excederse.

3. ¿Se pueden podar los geranios en invierno?

El invierno es un buen momento para una poda suave. Retira flores marchitas, hojas secas y tallos débiles. Este gesto ayuda a que la planta conserve energía y brote con más fuerza en primavera. Si algunos geranios han quedado largos y desordenados, recorta un tercio de su altura: no solo los rejuvenecerás, también ganarás una planta más compacta y equilibrada.

4. Cómo proteger los geranios de las heladas

Las heladas queman hojas, debilitan tallos y pueden matar la planta. Si vives en una zona muy fría, considera cubrirlos con una manta térmica o una tela fina por la noche. También puedes utilizar macetas móviles para acercarlos a la casa cuando bajan las temperaturas. O bien agrupar varias macetas juntas para que conserven mejor el calor. Estos pequeños hábitos pueden marcar la diferencia entre conservar la planta o tener que empezar de cero en primavera.

5. ¿Qué abono necesita el geranio en invierno?

En invierno, el geranio no necesita un aporte constante de nutrientes. Aun así, un abonado muy ligero al inicio de la estación puede reforzarlo para soportar mejor el frío. Opta por fertilizantes suaves o específicos para plantas de flor, siempre en dosis bajas.

6. Vigila el sustrato y el drenaje

Un buen sustrato —aireado, ligero y con drenaje generoso— es esencial en invierno. Si la maceta acumula agua, las raíces pueden pudrirse con el frío. Si notas que la tierra se compacta demasiado, airea ligeramente la superficie o considera renovar la capa superior. Este simple gesto ayuda a que la planta respire mejor.

El invierno no es una amenaza para el geranio: es una pausa natural. Un momento de recogimiento, como los que vivimos en casa cuando llega el frío. Con cuidados atentos, pero sin excesos, tus geranios reposarán, conservarán su energía y, al llegar la primavera, volverán a florecer con fuerza. Porque, como todo lo que cuidamos con calma, siempre vuelve a brotar.