Ese elemento que pasa inadvertido gran parte del año se convierte, al llegar el frío, en el corazón de la casa. Los radiadores nos permiten recuperar la sensación de refugio y confort, pero, para que funcionen correctamente, conviene limpiarlos por dentro antes de que empiecen a trabajar a pleno rendimiento.
Durante los meses en que permanecen apagados, acumulan polvo, pelusas e incluso residuos que dificultan la circulación del calor. Esto no solo reduce la eficacia del sistema, también puede aumentar el consumo de energía. Una limpieza a tiempo es la mejor manera de garantizar un calor uniforme y un hogar acogedor.
Cuándo limpiar los radiadores
En los radiadores de agua, con el paso del tiempo pueden acumularse sedimentos o formarse burbujas de aire que interrumpen la circulación del agua caliente y generan zonas frías. Una revisión regular permite detectar también señales de corrosión tanto en los radiadores como en las tuberías.
- Radiadores de agua (calefacción central): deben purgarse al menos una vez al año para liberar el aire atrapado y asegurar un flujo óptimo. Si hay mucha suciedad o sedimentos en el interior, puede ser necesario un vaciado completo del sistema.
- Radiadores de panel (calor por aire): basta con pasar un paño seco o ligeramente húmedo por la superficie. Si notas que no calientan de forma uniforme, conviene hacer una limpieza más profunda.
El truco para limpiar radiadores sin esfuerzo
Para quienes buscan un método rápido, la creadora de contenido @mimodemami compartió en su perfil de Instagram este sencillo truco que ha conquistado a muchos. Y que consiste en limpiar los radiadores por dentro en apenas diez segundos con un pequeño electrodoméstico que todos tenemos en casa: el secador.
Cómo limpiar el radiador con un secador
- Coloca el trapo: humedece un paño de microfibra y ponlo debajo del radiador.
- Pasa el secador: conéctalo a máxima potencia y dirige el aire caliente hacia la parte superior del radiador.
- Recoge el polvo: el aire arrastrará hacia abajo toda la suciedad acumulada en el interior, que quedará atrapada en el paño húmedo.
- Repasa: si queda polvo adherido, pasa un segundo trapo por la parte inferior o por los rincones donde aún notes suciedad.
Un gesto tan cotidiano como limpiar los radiadores puede marcar la diferencia en la manera en que sentimos la casa. Con ellos a punto, el calor se reparte mejor, el ambiente se vuelve más saludable y el otoño se disfruta con la serenidad de saber que el hogar vuelve a ser ese refugio al que siempre queremos regresar.