Doblar calcetines puede parecer un gesto menor, casi rutinario, pero en el método de Marie Kondo se convierte en un pequeño ritual de orden y cuidado. Según la gurú japonesa, no se trata solo de guardar prendas en un cajón, sino de ofrecerles un lugar en el que puedan descansar y mantenerse en buen estado. Al doblarlos con intención, no solo ganamos espacio y claridad visual, también aprendemos a relacionarnos de otro modo con aquello que usamos cada día.
Cómo doblar calcetines paso a paso según Marie Kondo
Esta táctica, además de mantener los calcetines bien ordenados sin que se desmonte el pliegue, también facilita el orden en el mismo cajón o en el armario. Crea una sensación visual agradable que permite ver todas las piezas, y facilita su acceso a ellas, sin provocar que, al sacar una, se desmonte el orden de todo el resto. Solo tienes que:
- Alinear los calcetines uno encima del otro.
- Doblarlos tres veces, dependiendo de su longitud. Cuanto más largos sean, más pliegues deberás hacer y viceversa.
- Ubicarlos de forma vertical en el cajón.
De todas formas, de vez en cuando también hay que incorporar el paso 0: la selección y el descarte. Es muy habitual que el cajón de los calcetines esté a rebosar, porque a menudo vamos renovando, pero en pocas ocasiones nos acordamos de deshacernos de aquellos que ya no hacen su función adecuadamente.
Algunos se desgastan, otros pueden mancharse o incluso agujerearse… Es por eso que, de forma esporádica, hay que hacer limpieza del cajón y, como bien diría Marie Kondo, quedarse con aquellos que realmente usas y necesitas. Y si quieres llevar este espíritu de orden un paso más allá, merece la pena descubrir también cómo doblar toallas para que ocupen menos espacio y queden siempre impecables en el armario.
Cómo ordenar el cajón de los calcetines
Más allá de saber doblar los calcetines, es igual de importante saber cómo ordenarlos en los cajones. De la misma forma que la técnica de doblado ayudará a mantener el orden en sí mismo, la distribución del cajón también.
Y es que no es lo mismo abrir el cajón y encontrar una enorme montaña de calcetines en forma de bola o incluso sin doblar, a los que les tienes que buscar la pareja rápidamente; que abrirlo y que haya un orden armónico de todas las piezas y sea fácil acceder a todas ellas. Pero, ¿cuáles son las mejores técnicas y consejos para ello?
Organizadores por ‘temáticas’
Una de las mejores formas para organizar los calcetines es con la ayuda de organizadores que se pueden colocar dentro del mismo cajón. De esta forma, puedes separar los tipos de calcetines, agrupándolos por ‘temáticas’: de deporte, cortos, largos, gruesos, finos, pinkies… Así será mucho más fácil y visible encontrarlos.
Por colores
Si eres de los que les provoca paz mental ver las cosas agrupadas por colores, esta es la mejor técnica. También a través de organizadores, puedes clasificar los calcetines por colores. Aunque la mejor opción es hacer tres separadores: uno para los calcetines blancos, otro para los negros y los oscuros, y otro para los más coloridos y divertidos -a menos que no seas un amante de los colores vibrantes y necesites un separador distinto para cada color.
En cestas de tela
Existen todo tipo de organizadores que se pueden meter dentro de los cajones para separar y organizar las prendas de ropa. Una de las más comunes son las cestas de tela, ya que hay de distintos tamaños y son muy adaptables. Al no ser rígidas, es probable que puedan almacenar más contenido, porque pueden adaptar su forma.
Junto con la ropa interior
A veces no contamos con tanto espacio y no podemos dedicar un solo cajón para cada prenda. O bien nos resulta más rentable usar el mismo para dos tipos de prendas, ya que no tenemos tanta cantidad de cada una de ellas por separado. Es por eso que, habitualmente, se suelen guardar los calcetines junto con la ropa interior. Algo que resulta lógico por el orden en el que los usaremos y los sacaremos del cajón.
En la mesita de noche
Aunque normalmente le solemos dar otros usos, el cajón de la mesita de noche también se puede convertir en el lugar ideal para guardar los calcetines. O por lo menos, los que vas a usar al día siguiente. Es una forma de mantener el espacio ordenado y, a su vez, darle una función lógica. De esta forma, al levantarte ya tendrás lo necesario bien a mano.