Cuando los armarios no llegan hasta el techo, ese hueco que queda en la parte superior suele convertirse en un espacio olvidado. Sin embargo, es una oportunidad ideal para ganar funcionalidad y sumar estilo en tu cocina. Con algunos detalles bien elegidos —como cajas, cestas o elementos decorativos— puedes transformar ese rincón en un aliado tanto estético como práctico.
1. Aprovecha el espacio como almacenamiento extra
Aunque no siempre es práctico extender los armarios hasta el techo, eso no significa que tengas que desaprovechar ese hueco. Úsalo para almacenar lo que usas poco: bandejas grandes, vajilla de temporada, electrodomésticos puntuales o recipientes que no necesitas tener a mano.
- Clasifica con intención: agrupa por tamaño o por uso, y coloca los objetos más grandes en el centro. Evita mezclar muchas categorías a la vista.
- Unifica con estilo: cajas, cestas o contenedores ayudan a mantener el orden visual. Si tu cocina es rústica, opta por fibras naturales; si es moderna, mejor tonos neutros y formas simples.
- Cuidado con la limpieza: Este espacio acumula grasa y polvo con facilidad. Protege la superficie con una base lavable y limpia regularmente para evitar acumulación.
- Piensa en clave estacional: puedes usar este hueco para guardar lo que solo utilizas en ciertas épocas del año, como bandejas navideñas o la batidora para helados del verano.
2. Convierte el hueco en un punto decorativo

Si no necesitas más almacenaje, aprovecha la parte superior de los armarios para decorar. Con unos pocos objetos bien seleccionados puedes añadir mucha personalidad a tu cocina.
- Objetos decorativos: jarrones de cerámica, esculturas, botellas antiguas, piezas de alfarería… Elige objetos que conecten con el estilo general del espacio.
- Libros de cocina: agrúpalos por color o tamaño. Son decorativos y prácticos.
- Fotos y arte: un conjunto de marcos pequeños puede hacer del espacio una pequeña galería personal.
- Vinoteca: instala un módulo ligero o distribuye las botellas de forma horizontal. Ideal si disfrutas del vino y quieres tenerlo siempre a mano.
- Herbero natural: coloca tarros con romero, lavanda o tomillo seco. Además de útil, perfuma y decora con encanto.
3. Añade fondo e iluminación

Un detalle que marca la diferencia es trabajar también el fondo del espacio. Puedes cubrir la pared visible con papel pintado, molduras o incluso paneles adhesivos para dar profundidad y textura.
Y si quieres dar un paso más, incorpora una tira de LED cálida detrás de los objetos. Aportará un toque acogedor por las noches y convertirá el conjunto en un rincón con mucho carácter.