Art Déco en casa: un estilo atemporal que sigue inspirando elegancia un siglo después

Un estilo icónico que vuelve a inspirar hogares contemporáneos con su elegancia inconfundible

Un viaje por la esencia del art déco.

En el diseño de interiores, pocos estilos transmiten una sensación tan intensa de glamour y sofisticación como el art déco. Nacido en los años veinte y consolidado durante la década siguiente, este movimiento capturó el entusiasmo de una sociedad fascinada por el progreso, la geometría y lo nuevo. Su lenguaje —hecho de líneas sólidas, materiales brillantes, simetrías y formas envolventes— marcó una época que rompía con el pasado para dejar entrar una modernidad luminosa.

Hoy, un siglo después, su esencia sigue presente en hogares que buscan carácter, elegancia y una estética capaz de trascender tendencias. El art déco continúa siendo una inspiración para quienes desean crear espacios con alma y una presencia visual única.

1. Colores: la paleta principal del art déco

Este estilo de interiores se deleita en los tonos intensos y envolventes. La paleta se inspira en piedras preciosas y metales lujosos: verde esmeralda, azul zafiro, burdeos profundo, negro brillante, dorado, cromo y plata. Los neutros no desaparecen, pero sirven como telón de fondo: cremas, beiges o grises pulidos equilibran un exceso de opulencia. En los espacios más dramáticos, las paredes en verde botella o azul noche se combinan con acentos en latón o terciopelo para lograr un efecto teatral y sofisticado.

2. Mobiliario artístico, pero funcional

Los muebles en estilo art déco son monumentales, pero refinados. Líneas curvas, siluetas complejas y proporciones generosas se combinan con materiales nobles como madera de ébano, nácar, laca o mármol. Piensa en aparadores con incrustaciones, sillones tapizados en terciopelo, mesas de formas escalonadas y camas con cabeceros tapizadas. El objetivo: cada pieza debe ser una obra de arte funcional.

Salón art déco en tonos neutros con mesa de cristal templado azul.

3. Tacto para dar contraste

Nada sugiere tanto «lujo silencioso» como los tejidos del art déco. Aquí, el terciopelo es el rey: en cortinas, cojines, sofás, sillas… Asimismo, se le suma el cuero, las pieles sintéticas imitando cebra u otros animales y tapicerías de colores fuertes o con patrones geométricos. Las flores y cuadros están fuera de lugar; este estilo no es tan romántico como otros, sino más bien dramático.

4. La calidez de la madera debe estar presente

Los suelos, como todo en el art déco, no se dejan al azar, y se revisten con maderas en espiga o parquet, muy elegantes. Las alfombras también se convierten en piezas clave para decorar y abrigar: grandes, gráficas, con patrones en zigzag y espiga para dar ritmo visual a cada estancia.

5. Detalles y materiales lujosos

En este estilo decorativo, los materiales son reyes. Cromo, acero inoxidable, ébano, mármol, vidrio… Todo suma para crear una atmósfera sofisticada cuando se trata de añadir materiales, tal y como lo hacen los contrastes (frío y cálido, opaco y brillante). Del mismo modo, lo que viste un verdadero hogar art déco son los acentos: molduras, perfiles metalizados, espejos y piezas decorativas. Todo un conjunto de elementos que transmiten lujo discreto.

6. La iluminación: el broche final

La magia del art déco se construye con la luz: apliques de pared con detalles en cristal, lámparas de techo que evocan rascacielos, pantallas de vidrio esmerilado o formas de abanico… La clave está en que la luz no solo ilumine, sino que de un toque único a cada espacio con elegancia.

7. Antigüedades y piezas modernas

No todo debe ser vintage para capturar la esencia del art déco. Una forma inteligente de aplicar este estilo es mezclar piezas inspiradoras con mobiliario contemporáneo. Un espejo recargado puede colgarse sobre una consola minimalista. Una lámpara de latón puede convivir con un sofá moderno. Así se crea un diálogo rico, elegante y personal.