Marie Kondo revela su truco para preparar el recibidor este otoño: «Crea una zona específica para los accesorios del frío»

Marie Kondo y su ritual de otoño: cómo transformar el recibidor en un refugio

En otoño, Marie Kondo nos recuerda que el orden empieza en la entrada de casa.

Con la llegada del frío, Marie Kondo nos invita a detenernos y observar el hogar con nuevos ojos. Su propuesta es sencilla: empezar por el recibidor, ese pequeño espacio que nos recibe y despide, para renovar la energía y preparar el invierno con orden y gratitud.

Marie Kondo: el orden como forma de bienestar

A lo largo de los años, Marie Kondo ha enseñado al mundo que ordenar no se trata solo de guardar cosas, sino de aprender a vivir con intención. Su método KonMari ha cambiado la manera en que entendemos el hogar: cada objeto debe tener un propósito, y cada espacio, un sentido.

Este otoño, la gurú japonesa propone un nuevo gesto simbólico para comenzar el cambio de estación: ordenar el recibidor. Según ella, es el punto donde se cruzan el mundo exterior y la calma interior. Cuando este espacio está en equilibrio, todo el hogar lo refleja.

Paso 1: vacía y limpia para empezar de nuevo

El primer consejo de Marie Kondo es vaciar por completo el recibidor. Retira zapatos, abrigos, paraguas, bolsos o cualquier objeto acumulado. Al despejar el espacio, abre una ventana y deja entrar aire fresco: “la energía también necesita moverse”, recuerda Kondo.

Limpia el suelo, las superficies y los muebles con atención. Este acto, más que una tarea doméstica, se convierte en una pequeña ceremonia: agradecer al espacio por acompañarte cada día.

Paso 2: extiende y observa con calma

Una vez despejado, Marie Kondo propone un gesto revelador: extiende todos los zapatos, botas y prendas de abrigo en el suelo del recibidor y míralos. No se trata de decidir rápidamente, sino de observar con conciencia.

Pregúntate:

  1. ¿Uso esta prenda o este par de zapatos con frecuencia?
  2. ¿Me sigue aportando alegría o sentido?
  3. ¿Representa quién soy hoy?

Todo lo que no cumpla con esas respuestas, dónalo o recíclalo. Y lo que conserves, guárdalo en cajas o fundas transpirables y etiquetadas. Según Marie Kondo, liberar el espacio visual es liberar también la mente.

Paso 3: prepara la estación del abrigo

A medida que el otoño avanza, Kondo sugiere crear una zona específica para los accesorios del frío: bufandas, guantes, gorros y paraguas. Utiliza cestas de fibras naturales, bandejas o cajas pequeñas para mantener el orden cerca de la puerta. Su consejo es claro: “Conserva solo lo que realmente disfrutes usar”. Las texturas suaves y los colores neutros ayudan a que el recibidor refleje calidez, funcionalidad y belleza contenida.

Paragüero grande Atin de metal beige

Paso 4: simplifica los esenciales diarios

En su método, Marie Kondo insiste en asignar un lugar para cada cosa. Por eso, recomienda reservar una bandeja o cuenco decorativo para las llaves, la cartera y el móvil. Vacía los bolsos, guarda lo innecesario y quédate solo con lo esencial. El orden no consiste en esconder, sino en reconocer lo que tiene valor. Un recibidor despejado y armónico transmite calma al llegar y ligereza al salir.

Paso 5: crea una bienvenida luminosa

El toque final del método KonMari para el recibidor está en la atmósfera. Añade una fuente de luz cálida, un jarrón con ramas secas o una vela perfumada. Pequeños detalles que, según Marie Kondo, conectan el orden con la belleza. Cuando un espacio te recibe con calma, el día empieza de otra manera. Este gesto convierte el simple acto de entrar en casa en un momento consciente.

Un método para volver a ti

Más allá de la organización, el mensaje de Marie Kondo sigue siendo el mismo: el orden es una forma de cuidado interior. En otoño, cuando el ritmo se ralentiza y pasamos más tiempo en casa, este ritual de orden y gratitud nos ayuda a reconectar con lo esencial.

Transformar el recibidor es solo el primer paso. Después, poco a poco, la serenidad se extiende al resto del hogar, recordándonos que vivir con menos es también vivir mejor. Marie Kondo nos enseña que el orden no es una meta, sino un estado del alma. Cada espacio despejado es una forma de hacer silencio, de agradecer y de comenzar de nuevo.