Cuando el sol brilla con fuerza y los días se alargan, el estilo marinero se abre paso en la decoración como una invitación a traer la frescura del mar al hogar. No hace falta estar junto a la orilla para sentir su encanto: con los colores adecuados, materiales naturales y algunos detalles inspirados en la costa, cualquier casa puede llegar a transformarse en un refugio veraniego.

Aunque es un clásico en las casas de playa, la decoración marinera también puede encajarse en pisos urbanos, aportando luz, serenidad y un toque relajado que anticipa la llegada del buen tiempo. Fibras naturales, cojines con rayas azules y blancas, jarrones de cristal, conchas, detalles en madera envejecida… Pequeños elementos que, bien combinados, pueden hacer que tu hogar respire la misma brisa marina que un apartamento junto al mar.

Colores marinos: una paleta que transmite frescura y serenidad

Uno de los aspectos más distintivos del estilo marinero es, sin duda, su paleta de colores. El blanco y el azul dominan el espacio, evocando la esencia del mar en su máxima expresión. Esta combinación luminosa crea una atmósfera de calma y serenidad única.

Además, los tonos neutros también juegan un papel importante en este estilo, ofreciendo una base tranquila y armoniosa para quienes buscan ambientes acogedores, pero sin perder la esencia marinera.

La decoración marinera aporta frescura y serenidad a cualquier terraza, combinando colores como el azul y blanco con materiales naturales. Creditos: Kave Home

Materiales naturales: la base de un estilo marinero auténtico

Los materiales naturales son esenciales en la decoración marinera. La madera envejecida, con su acabado desgastado y su pátina de tiempo, es una de las grandes protagonistas. Su efecto vintage, con la pintura ligeramente astillada, recuerda a las embarcaciones de antaño. Pero no solo en muebles: la presencia de la madera en suelos y techos, especialmente en tonos naturales o pintada de blanco, refuerza la sensación de hogar costero.

Junto a ella, el ratán y el mimbre se erigen como materiales que encajan a la perfección en una decoración inspirada en el mar. Se pueden utilizar en muebles o pequeños detalles decorativos, ya que recuerdan a la artesanía típica de los pueblos costeros y aportan un toque relajado y acogedor.

Textiles ligeros y estampados clásicos: frescura y elegancia

Si hay un estampado que define el estilo marinero, son las rayas. Las hay con el clásico atuendo de los marineros de antaño, en franjas azules y blanco, pero no necesariamente debe ser así. Ya sea en cojines, mantas, alfombras o incluso en tapicerías, las rayas marineras tienen ese aire costero que necesita toda decoración marinera.

Los textiles también juegan un papel fundamental en este estilo, y el lino y el algodón son opciones perfectas. Sus tejidos frescos y ligeros permiten que la luz fluya con naturalidad en el hogar. Las cortinas, por ejemplo, deben ser de tejidos suaves y translúcidos, que dejen pasar la claridad y creen una atmósfera luminosa y acogedora.

Accesorios marineros: detalles que evocan el espíritu costero

Los clásicos faros en miniatura, las maquetas de barcos, las anclas y los cuadros de nudos marineros siguen siendo los básicos del estilo marinero. Pero, hoy en día, también se pueden identificar elementos contemporáneps que transmiten esta esencia de manera más sutil. ¿Por ejemplo? Piezas de cerámica en forma de corales, lámparas con base de cuerda trenzada, espejos con marcos de madera o jarrones de vidrio traslúcido con formas orgánicas.

Además, puedes incorporar detalles como cuadros con ilustraciones botánicas de algas, mesas de centro con piedra coralina o cerámicas en tonos arena y azul profundo. Y, para quienes buscan un toque más moderno, las piezas metálicas en dorado o bronce envejecido, inspiradas en antiguos instrumentos náuticos, pueden ser un gran accesorio decorativo.

Este estilo evoca la esencia del mar y crea un ambiente relajante, ideal para disfrutar al aire libre con un toque de elegancia costera. Creditos: Kave Home

Iluminación: crea ambientes acogedores con aire marítimo

La luz evoca la claridad de los días de verano. Es por ello que la iluminación natural debe ser la protagonista. Deja que fluya a través de cortinas ligeras, en tejidos como lino o algodón, de tonos blancos o neutros. Y pinta las paredes en blanco o tonos neutros, para amplificar la sensación de amplitud y luminosidad.

Por otro lado, las lámparas de estilo náutico siguen siendo un clásico, pero más allá de los tradicionales faroles y lámparas de cuerda, las tendencias apuestan por opciones más modernas y elegantes como las lámparas de fibra natural, como el ratán o el mimbre. Ideales para proyectar una luz cálida de lo más acogedora.

Para las noches en el porche o terraza, la iluminación ambiental juega un papel clave. Velas en frascos de cristal, farolillos de metal y luces LED en tonos cálidos crean rincones acogedores en los que disfrutar de largas veladas veraniegas. Porque recuerda que una iluminación, bien trabajada, te ayudará a llenar de vida tus espacios.

Periodista especializada en decoración, estilo de vida y tendencias. Anteriormente, redactora de la revista El Mueble, con experiencia en diseño de interiores y consejos prácticos para el hogar.

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