Cómo organizar las tazas en el armario de la cocina según el método KonMari

Orden en la cocina: así se organizan las tazas con el método KonMari

Orden práctico y armonía visual.

En toda cocina hay un pequeño tesoro escondido: esa taza especial que utilizamos cada mañana y que guarda un valor que va mucho más allá de contener café o té. Puede ser un regalo de alguien querido, un recuerdo de un viaje o simplemente la pieza que mejor encaja en nuestra rutina diaria. Siempre ocupa un lugar privilegiado en la estantería, en primera fila, como protagonista silenciosa de nuestro día a día, mientras el resto de la colección se acomoda en torno a ella, manteniendo un orden lógico y armónico.

Pero ordenar las tazas no siempre resulta tan sencillo como parece. Es habitual abrir un armario y encontrarse con columnas inestables de tazas apiladas unas sobre otras, en un equilibrio frágil que puede acabar en desastre. Las diferencias de tamaño, el peso y la falta de espacio hacen que tarde o temprano alguna termine agrietada o, peor aún, rota. Para evitarlo, Marie Kondo —la gurú japonesa del orden y creadora del método KonMari— propone un enfoque distinto: un sistema claro, simple y práctico que transforma el caos en armonía sin necesidad de apilar.

1. Haz inventario de tus tazas

El primer gesto es reunirlas todas. Sácalas del armario y colócalas sobre una mesa: verás de un vistazo cuántas tienes y cuáles usas realmente. Este inventario visual es el punto de partida para empezar a organizar con criterio.

2. Quédate solo con las que importan

Como en todo método KonMari, llega el momento de decidir. Taza por taza, pregúntate si está en buen estado y si todavía cumple una función en tu vida. Las astilladas, las que no usas o las que ya no te gustan deben salir del armario.

Elige quedarte con aquellas que te transmiten alegría o cumplen una utilidad real. Después, clasifícalas: las de café con las de café, las de té con las de té… o crea tu propio sistema según tamaños, colores o valor sentimental.

Taza Dovec de cerámica azul.

3. Colócalas en fila, nunca en columnas

Aquí está la clave del método. Aunque Marie Kondo defiende aprovechar el espacio vertical, en el caso de las tazas recomienda todo lo contrario: colocarlas una al lado de la otra, con el asa hacia fuera. Así las tendrás todas a la vista y será más fácil elegir la que quieras sin poner en riesgo al resto. Esta disposición evita roces, caídas y, en definitiva, roturas innecesarias.

4. Mantén el orden en el día a día

El orden no es un evento puntual, sino un hábito. Para que funcione, cada taza debe volver siempre a su sitio después de usarse. De este modo, no tendrás que enfrentarte a un caos recurrente ni a sesiones maratonianas de reorganización. Basta con pequeños gestos diarios para mantener la armonía a largo plazo.

Al final, ordenar las tazas no es solo una cuestión práctica: también puede ser un ritual de cuidado y de calma. Cada vez que abras tu armario y veas tu colección perfectamente alineada, tu taza favorita te recordará que la belleza también está en los detalles más cotidianos.