Al igual que las sábanas, las toallas pueden ser difíciles de almacenar debido a sus grandes dimensiones y grosores, lo que requiere más espacio del que a menudo tenemos disponible. Esto puede generar desorden en los armarios, dificultando su organización.
Por eso, la experta en orden Marie Kondo comparte sus mejores trucos para doblarlas de manera eficiente, maximizando el espacio sin sacrificar el orden. Con su enfoque, aprenderemos a optimizar el espacio de nuestros armarios y mantenerlos impecables.
La clave está en adaptarnos a los diferentes tamaños, texturas y grosores de las toallas, identificando la técnica de doblado más adecuada para cada una. Así, evitamos que se acumulen desordenadamente en el armario, lo que provoca una “montaña” de toallas que se derrumba cada vez que necesitamos sacar una.
Aquí te compartimos algunos consejos para doblar toallas y ahorrar espacio según el método KonMari, un sistema que también puedes aplicar a trapos y servilletas, logrando el mismo nivel de organización en la cocina y otras áreas de la casa.
1. El método clásico
En primer lugar, busca una superficie considerablemente grande y extiende la toalla, procurando que no queden arrugas. Una vez bien estirada, dóblala por la mitad, juntando los extremos y haciendo una forma de cuadrado. Y luego, vuelve a doblarla por la mitad. Así quedará una forma más rectangular.
Ahora solo queda coger uno de los extremos y doblarlo tan solo hasta la mitad, y repetir este paso un par de veces. De este modo podrás apilarlas en el armario ordenadamente, de una manera parecida a como se ve en la fotografía de su perfil de Instagram.
2. El método de enrollarlas
Este método es una de las mejores opciones para cuando tenemos que almacenar las toallas en espacios pequeños. A diferencia del modo anterior, en el que quizá requerimos de un poco más de espacio a lo ancho, en este caso el tamaño se reduce de forma considerable, permitiendo optimizar el espacio en los armarios o cajones más reducidos.
En este caso, el primer paso es doblar la toalla por la mitad a lo largo. Una vez bien estirada, cogemos uno de los extremos y lo doblamos hasta un tercio de la superficie. Y desde ese mismo extremo, empezamos a enrollar la toalla en forma de churro hasta que quede toda recogida.
Cuando usas este método también es muy recomendable almacenarlas de forma vertical dentro de una caja o cesta. De esta forma las tendrás todas a la vista y cuando saques una, no habrá riesgo de desmontar el resto.
3. Método experto
Este método se vuelve un poco más complicado, pero es uno de los más útiles. Siguiendo unos pasos parecidos al método clásico, empezamos extendiendo la toalla para doblarla por la mitad en forma de cuadrado.
Ahora, siguiendo la disposición horizontal, doblamos uno de los extremos hasta el medio y luego, cogemos el otro extremo y lo doblamos por encima de este primero, dejando que queden uno encima del otro.
Una vez ha quedado una forma más alargada, cogemos una de las puntas y la doblamos hasta la mitad. Luego, cogemos la otra punta y la doblamos hasta ponerla dentro del agujero que ha quedado en la otra. De esta manera, logramos poner orden y a su vez que no se desmonte la forma que le hemos dado.
4. Para los más creativos

Por último, y para los más creativos y hábiles, también hay la opción de transformar tus toallas en un elemento de decoración más, dándoles formas como si de papiroflexia se tratase. Esta es una buena solución cuando no almacenas las toallas en un armario cerrado y siempre quedan a la vista.
En este caso puedes usar el modo clásico o el experto y colocarlas en forma de escalera. Primero una pila de cuatro, al lado una de tres y a su lado una de dos. Estéticamente, queda elegante, ordenado y bonito de ver.
También puedes hacer una forma de pirámide -como se ve en la fotografía- dejando las toallas más grandes en la base e ir apilando según el tamaño se vaya reduciendo. O bien de forma vertical como si de libros se tratase.