El olivo, o Olea europaea, es uno de los árboles más icónicos del Mediterráneo. De hoja perenne, lento crecimiento y gran resistencia, lleva siglos siendo símbolo de paz, estabilidad y arraigo. Aunque tradicionalmente asociado a campos y jardines, su cultivo en maceta gana cada vez más protagonismo en balcones, terrazas e incluso interiores bien iluminados.
¿Por qué elegir un olivo? No solo por su belleza sobria y atemporal, sino por su capacidad de adaptarse a espacios reducidos, su bajo mantenimiento y su valor decorativo, tanto en exterior como en interior.
Dónde colocar un olivo en casa
Para que el olivo crezca sano, necesita luz directa y buena ventilación. Ubícalo en una zona donde reciba al menos seis horas de sol al día: un balcón orientado al sur, una terraza despejada o junto a una ventana luminosa. Evita rincones sombríos o lugares expuestos a corrientes muy frías.
Aunque puede estar en el interior, no debe faltar la luz natural abundante. Y si vives en una zona de clima frío, protégelo en invierno o trasládalo temporalmente al interior.
Las mejores variedades de olivo para interior o maceta
No todas las variedades de olivo se comportan igual. Para cultivar en maceta, se recomiendan variedades de crecimiento contenido y buena adaptación, como:
- Olea europaea ‘Arbequina’ (muy decorativa y resistente)
- Olea europaea ‘Leccino’ (forma elegante, follaje denso)
- Olea europaea ‘Picholine‘ (ideal para bonsáis o terrazas pequeñas)

Qué maceta elegir
La maceta ideal para un olivo debe tener un diámetro de al menos 40-50 cm. Las macetas de terracota son excelentes por su transpirabilidad, aunque también puedes optar por modelos de resina o cerámica con orificios de drenaje. Añadir una capa de grava o cerámica rota en el fondo ayuda a evitar encharcamientos.
Riego: menos es más
El olivo no necesita riegos frecuentes. Riégalo solo cuando notes que la capa superior de la tierra está seca al tacto. En verano, probablemente bastará una vez a la semana; en invierno, una vez cada dos o tres semanas. Evita mojar las hojas y asegúrate siempre de que el agua drena correctamente.
Abonado y sustrato
Durante la primavera y el verano, puedes enriquecer la tierra con fertilizante para olivos o abono orgánico bien maduro. El sustrato debe ser ligero, bien aireado y con un pH neutro o ligeramente alcalino. En otoño e invierno, el olivo entra en reposo y no es necesario abonar.

Temperatura y luz
Acostumbrado al clima mediterráneo, el olivo tolera bien el calor, pero no las heladas prolongadas. Si en tu zona bajan mucho las temperaturas, protégelo con una funda térmica o colócalo dentro de casa en un lugar soleado. No le gustan los ambientes secos, así que si lo tienes en interior, conviene ventilar a menudo.
¿Cuándo y cómo podar un olivo en maceta?
Poda ligera a finales del invierno o comienzos de primavera, antes de que brote con fuerza. Elimina ramas cruzadas, secas o débiles para favorecer la aireación y una forma armónica. Si lo mantienes por motivos ornamentales, puedes controlar su tamaño sin comprometer su salud.
Cuánto tarda en crecer un olivo
El olivo es un árbol de crecimiento lento. Durante los primeros años puede crecer unos 30-40 cm al año, aunque su desarrollo se ralentiza con el tiempo. A partir de los 5-10 años puede empezar a producir aceitunas, pero incluso sin fruto, su porte es ya ornamental y escultural.
¿Se le pueden caer las hojas?
La pérdida ocasional de hojas es normal, pero si es abundante, puede deberse a un riego inadecuado, estrés térmico o falta de luz. Revisa también si hay signos de plagas como cochinillas, pulgones o ácaros. La ventilación, la luz y un riego controlado son las claves para mantener su salud.
Cómo decorar con un olivo en casa
Además de ser una planta resistente, el olivo aporta una presencia escultórica que viste cualquier espacio. Puedes colocarlo en una maceta de barro esmaltado para un toque rústico, o en una de líneas contemporáneas para contrastar con su silueta orgánica. En un salón, su verde grisáceo queda especialmente bien combinado con tejidos naturales como el lino o la lana, y materiales como el mimbre o la madera clara.
Beneficios simbólicos y culturales del olivo
El olivo ha sido símbolo de paz, eternidad y sabiduría en múltiples culturas. En Grecia, representaba la victoria; en Roma, la prosperidad; y en muchas tradiciones mediterráneas, sigue siendo una planta ligada al hogar como sinónimo de estabilidad y buen augurio.
Tener un olivo en casa es mucho más que cuidar una planta: es abrirle la puerta a la calma, a la conexión con el paisaje que habita en nuestra memoria, a un Mediterráneo que también se cultiva dentro.